miércoles, 4 de marzo de 2009

Tres días...

Son las 23.42 de un día miércoles. Mi tercer día consecutivo estudiando más de ocho horas seguidas, sin más descanso que las pequeñas interrupciones que el cuerpo necesita. Tercer día de desasosiego, de desesperanza, que paradógicamente calmo asistiendo a clase. Sí, solo así logro un poco de paz, un poco de distracción. Es mi tercer día estudiando una misma asignatura, Historia del Derecho, cuyos preceptos introductorios solo me "introducen" un dolor de cabeza. Reitero, es mi tercer día y ya me invade el hastío.

No son pocos los años que llevo estudiando, al contrario, sí son pocos los recuerdos que tengo en los que no figure un libro. Me he querido dedicar por entero a la vida intelectual, he tratado de que mi pequeña capacidad mental destacase para solo así labrarme un mejor porvenir. Y ahora solo pienso ¿habré llegado al límite?

Quiero ser abogado por vocación, pero ¿es necesario llegar al límite de despreciarme a mi y a mi dichosa memoria? Y es que llevo tres días, amigos (que no solo tres), trece horas diarias, dedicadas a una asignatura en particular y hoy, víspera del examen, mi memoria dice basta, y deja de recordarlo todo. ¿Soy acaso demasiado exigente por tratar de sacar una carrera "a la primera"? Seguramente sí.

Problemas banales pensareis, y en cierta manera sí, pero 18 ó 19 años no se cumplen todos los días, y cuando termine la carrera, con suerte con 23 años, habré pasado por alto experiencias que nunca jamás volveré a poder vivir. ¿Merece la pena?

Las cosas requieren su esfuerzo y yo lo doy todo, pero hoy el resultado es nulo. Hoy mi esfuerzo es en vano, y quizás por culpa de este tiempo derrochado exámenes futuros (dentro de una semana y media) también suenen a catástrofe.

Sigo sometido al yugo del examen y todavía me ahoga. Lleva siendo conocido mío desde hace 15 años y todavía sus tretas me desconciertan. Engaña mi memoria, juega con mis conocimientos, confunde mis sentidos. Examen y yo, yo y examen, ese es el resumen de mi vida.

¡Dichosa preocupación!
Mañana amigos, es el último día de esta agónica situación y más de tres meses de estudio se condensarán en poco más de hora y media. Algo más de 450 horas de duro esfuerzo que se transformarán en un solo dígito del que muchos estudiantes como yo, dependen.

Esta es mi situación hoy y ahora y queriendo ser fiel a mí y a mi pequeño espacio de reflexión, os lo doy a conocer a vosotros lectores.

Rubén Romero Calzado

5 comentarios:

  1. ¡¡Heyyy!!! ánimo!!! la víspera del examen es el peor día de estudio. Seguro que mañana tienes la recompensa por tanta dedicación. Ya verás!!! Nos lo cuentas ¿eh??..
    Y.. venga... el ultimo empujon, que ya llega el finde, y eso si, el finde desconectas del todo.

    Un besote y¡¡¡SUERTE!!!!

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  2. Problemas banales?? noooo, cualquier persona que se ponga una meta en esta vida e intente con tanto esfuerzo conseguirlo, es de envidiar!!
    Suerte con los examenes, seguro que lo consigues!!
    Un besito!!

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  3. A ver Rubén, tu tienes la cabeza bien amueblada por lo tanto no dudes de tus capacidades. El que algo quiere en la vida, algo le cuesta. No estás perdiendo el tiempo, la vida es larga pero este momento es tuyo, disfrutalo, no tengas miedo a los exámenes y déjate llevar por tus conocimientos. SUERTE Besos Nuria.

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  4. ¡Pero bueno, un tio tan "cabezota" (jajaja) como tú, se va a poner a temblar por esas cosillas??. Demuéstrale, al catedrático, que este es tu primer paso para conseguir ese ansiado título. Porque te lo estás currando. Porque, los nervios, se dejan a la puerta del auditorio de exámenes.

    ¡Adelante, a por ello!.
    Un abrazo, Rubén

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  5. Te ruego pases por mi blog y recojas algo especial para tí, con todo cariño.

    Salud, ciudadano Rubén.

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